sábado, 25 de mayo de 2013

Física avanzada en Watchmen

Ya que en Watchmen uno de sus personajes es un doctorado en física capaz de detectar estructuras atómicas a simple vista, Alan Moore tuvo que documentarse en física de partículas para que su descripción fuese creíble. Me gustaría creer que esta investigación es la causa de que los protagonistas sean seis, igual que las partículas elementales también se encuentran en grupos de seis, tanto los quarks (up, down, strange, charm, top y bottom) como los leptones (electrón, muón, tauón y sus correspondientes neutrinos). Por otro lado, igual que en Watchmen en la física de partículas la simetría es un tema fundamental, como por ejemplo en el hecho de que a cada partícula le corresponda su antipartícula con carga de signo opuesto, etc.


Bestiario (o zoológico de partículas)

El "bestiario" es el nombre que recibe el conjunto de todas las partículas elementales conocidas. Los físicos bautizaron de esta manera a esta colección en los años 60 cuando veían con desesperación que lo que deberían ser unas pocas partículas "elementales" consistía realmente en un centenar de hadrones, unas partículas pesadas que perciben la interacción nuclear fuerte. En 1963, Gell-Mann y G. Zweig postularon un modelo que simplificaba todo este embrollo mediante la propuesta de la existencia de "quarks".

En Watchmen el Dr. Manhattan busca en el laboratorio la existencia de gluinos para incluirlo dentro del bestiario y se le da este nombre al bar de las instalaciones de Gila Flats.



Quarks

El modelo original de Gell-Mann y G. Zweig en 1963 proponía que los hadrones estaban formados por tres quarks, de los que por entonces sólo se conocían tres tipos (o "sabores"): up, bottom y strange (u, d y s). En 1967 se propuso un cuarto quark, charm (encanto), y durante los 70 se añadieron dos más, el quark top (observado por primera vez en 1995) y el quark bottom.

En el cómic los investigadores de Gila Flats escriben un juego de palabras en el corcho del Bestiario usando los nombres de estos quarks: "At play amidst the strangeness and charm". El error de Moore fue pensar que estos personajes jugarían con este tipo de referencias ocho años antes de que se descubriesen esas partículas. Por otro lado, en la edición de Norma (la que tengo en mis manos) se equivocan al traducir la frase como "Jugamos entre cosas extrañas y hermosas" porque se pierde la referencia.



Gluinos y supersimetría

La existencia de los gluinos sería una forma de demostrar la teoría supersimétrica en la que se apoyan por ejemplo la teoría de supercuerdas y la unificación de la teoría cuántica de campos con la relatividad general. La supersimetría predice la existencia de "supercompañeros" para las partículas elementales de modo que a un bosón le correspondería como supercompañera un fermión y viceversa. "Bosones" y "fermiones" es una forma de clasificar las partículas según su spin, una característica que se manifiesta por ejemplo en presencia de campos magnéticos. Los bosones tienen un spin entero (0, 1, 2...) y los fermiones, semientero (1/2, 3/2, 5/2...) Los bosones son las partículas de las interacciones, mientras que los fermiones son las partículas "materiales".

El gluino por tanto sería el supercompañero de un gluón, una partícula sin carga ni masa que porta la interacción nuclear fuerte y al mismo tiempo la percibe. Los físicos consideran actualmente la supersimetría descartada basándose en los experimentos realizados en el LHC en 2012.



 Campo intrínseco

El "campo intrínseco" es un concepto creado por Alan Moore para este cómic. El "campo que mantiene unidas las cosas" son las cuatro interacciones fundamentales: gravedad, electromagnetismo, nuclear fuerte y nuclear débil. Dentro de la ciencia ficción en la que se mueve este cómic, podemos imaginar que lo que hace la cámara de pruebas en la que entra Osterman es eliminar estas interacciones, separar su cuerpo no en átomos sino en las partículas elementales (quarks, leptones, fotones...) que los forman. Después de su desintegración sin embargo permaneció un remanente en forma de alma o consciencia que fue capaz de volver a unir las piezas originales de un modo u otro.



Estructura del oro

A pesar de lo que pueda parecer por el comentario del Dr. Manhattan, la estructura atómica del oro no es más especial que la del aluminio, el cobre, el hierro, el plomo, la plata, etc. Su estructura cristalina es FCC (face centered cubic), es decir, como si los átomos se distribuyesen en cubos de modo que hubiese un átomo en los vértices de cada cubo y otro en el centro de cada cara. El comentario de Manhattan se refiere a que es capaz de percibir "a ojo" la estructura atómica, no a que sea una estructura especial.



Relatividad

Tanto la teoría de la relatividad de Galileo como la de Einstein tenían como objetivo imponer que las leyes de la naturaleza no eran "relativas", sino invariantes frente a desplazamientos espaciales, temporales, etc. Lo que cambia es cómo percibe estas leyes un observador que se encuentre en movimiento. A partir de aquí Einstein definió la velocidad de luz como el tope superior que se podría alcanzar (aunque Einstein "recicló" las transformaciones de Lorentz su interpretación iba mucho más lejos que la de la del físico holandés), con lo que quedaban prohibidas las acciones a distancia instantáneas. Esto exigía reexaminar la gravedad dentro de este nuevo esquema, que es lo que acabaría formando la relatividad general de 1915. Dentro de esta nueva publicación la gravedad era una consecuencia de la curvatura del espacio-tiempo... y el tiempo se contraía con la gravedad. El tiempo dejaba de ser entendido entonces como la cantidad absoluta que definió Newton en su época, y ésa es precisamente la causa del disgusto del Sr. Osterman.


Taquiones

Los taquiones son partículas teóricas que viajan a una velocidad superior a la de la luz. La relatividad de Einstein predice que si se supera esta velocidad se rompe el principio de causalidad: un observador recibiría paradójicamente una señal antes de que llegue a emitirse. Dicho de otra forma, estas partículas viajarían hacia atrás en el tiempo. En el cómic, Ozymandias es la primera persona del mundo que sabe producir estas partículas capaces de que el Dr. Manhattan no sea capaz de ver el futuro con claridad.



Milagro termodinámico

No he sido capaz de encontrar una referencia a los "milagros termodinámicos" ("acontecimientos tan improbables como que el oxígeno se convierta en oro") que no se refiriese a Watchmen. La termodinámica es la rama de la física que estudia la evolución macroscópica (es decir, no microscópico, no a nivel atómico) de sistemas cerrados hasta que alcanzan el equilibrio. El concepto de "milagro termodinámico" parece que ha calado con fuerza dentro de los colectivos creacionistas de Estados Unidos...



¿Before Watchmen?
Alan Moore no es un físico cuántico, pero está claro que se documentó para poder escribir al personaje del Dr. Manhattan de manera adecuada investigando la física más avanzada del momento. En ese sentido el contraste con la miniserie centrada en este mismo personaje (escrita por J. Michael Straczynski en 2012) es absolutamente ridículo. Todo el aspecto científico del argumento consiste en una repetición machacona a lo largo de cuatro números de la paradoja ideada por Schrödinger en 1935. El objetivo de este físico era resaltar las debilidades del formalismo matemático de la mecánica cuántica al proponer la existencia de un gato dentro de una caja cerrada que, de manera absurda, estaría vivo y muerto al mismo tiempo. Lo que fue ideado como una devastadora crítica sin embargo fue aceptado con el tiempo como la mejor forma de explicar la interpretación de esta rama de la física.

En Before Watchmen: Dr. Manhattan, Straczynski insiste una y otra vez perezosamente en un concepto científico ampliamente popular, al alcance incluso de escritores del montón.

lunes, 20 de mayo de 2013

Otra Vez el Supergrupo, de Efepé y Jan

Cartoné, 48 páginas 12 €.

Ediciones B y Jan han decidido celebrar este cuadragésimo cumpleaños de Superlópez dándole a sus lectores el regreso que tanto pedían, el del Supergrupo y su creador, el guionista Francisco Pérez Navarro. Los personajes habían reaparecido en las viñetas de Nacho Fernández en diciembre del año pasado, pero ahora lo harían con su dibujante original. Sería un cómic nostálgico, de regreso a los inicios, de las luchas contra supervillanos de tebeo entre gags que se encadenan unos detrás de otros.

El argumento parte de una idea sencilla: ¿qué pasaría si el malvado Escariano Avieso pudiese hacer olvidar a todo el mundo quiénes son Juan López y Superlópez? A partir de ese momento el protagonista busca amigos que le recuerden, entre los cuáles está el Supergrupo.

Hay una curiosa continuidad entre este álbum y los anteriores. Efepé mantiene los personajes regulares de la colección, como Escariano o el inspector Hólmez, pero también en el tono de las historias. Si Jan siempre ha tratado un tema de actualidad o se ha basado en un libro para cada tebeo, en este caso el guionista parte de una crítica con ingenio al mercado de superhéroes americano más reciente para desarrollar la acción. Un lector casual tal vez entienda las referencias a Brainiac, Doomsday, Green Lantern... pero alguien más enterado apreciará rápidamente que la intención del cómic es criticar la dirección editorial de Dan Didio, Geoff Johns y Jim Lee en DC o la deriva cinematográfica de Marvel de los últimos años. El argumento está lleno de ironías y ataques dirigidos a las dos grandes editoriales cuando hace referencia a Crisis de Identidad, el One More Day de Spiderman o la saga Vengadores contra X-Men, e incluso se permite también el lujo de hacer un retrato cruel del conformismo de los lectores de superhéroes.



La trama tiene un problema grave de estructura que se sortea la mayor parte del tiempo mediante un buen humor sin pausa. Malentendidos, ridiculizaciones, errores en la forma de expresarse, golpes tremendos, alguna salida de tono extraña (¿Bruto cantando Singing in the Rain?)... Los chistes realmente triunfan de manera gloriosa cuando señalan las convenciones y soluciones fáciles del género de superhéroes o critican el estado actual del cómic americano. Por su parte, los gags de la Chica Increíble (o "Maravillosa", como se le llama en el cómic por error) elevan un poco el incómodo deje machista de los álbumes originales de los 80. ¿Hasta qué punto era necesario verle las tetas al personaje? En el caso del robot Latas es una pena que se quede completamente apartado de la acción, tal vez se le podría haber dado una escena suprimiendo alguna de las innumerables repeticiones del gag del jefe del Supergrupo.

Igual que en los antiguos álbumes del Supergrupo o el cómic dibujado por Nacho Fernández, en esta ocasión también hay bastantes incoherencias argumentales. El villano de los cómics de 1979 quería únicamente vengarse del Supergrupo... antes de que el grupo se formase como tal. En el tebeo editado por EDT el malo oriental al que se enfrentan los héroes anuncia que quiere terminar con el Supergrupo... y sin embargo en ningún momento les dirige un ataque (de todos modos, son tan ineficientes que es increíble que un villano sienta interés por ellos). En este nuevo álbum los personajes viajan al pasado, a un día hacia atrás, pero realmente no es algo que sirva para resolver el conflicto, no se vuelve a hacer una mención al respecto ni vuelven al presente en ningún momento. Tampoco hay ninguna escena en la que se vea que todo vuelve a la normalidad, en la que el Supergrupo o el resto de secundarios vuelvan a recordar a Superlópez.

En su faceta de dibujante, Jan mantiene el mismo estilo detallado y el coloreado profesional que en sus últimos álbumes. No se basa en fotografías de localizaciones reales como otras veces pero las expresiones y posturas de los personajes son dinámicas, variadas y potencian el humor. El diseño del Supergrupo no se ha actualizado, simplemente se nota el contraste entre el dibujo de Jan en los 80 y el actual.



Con todos sus pegas lo importante es que al final se trata de un cómic entretenido y agradable. Dentro de la colección es un interesante contraste con los álbumes anteriores y como historia independiente seguro que gusta mucho entre los nostálgicos y los aficionados a los superhéroes. Como poco ya sólo el título seguro que ha conseguido atraer la atención de muchos lectores y con suerte las ventas le darán un poco de respiro a Jan de cara a sus siguientes tebeos.

(Saliéndome del tema, las horribles guardas del álbum no tienen ninguna justificación, están "sucias" e invertidas de izquierda a derecha.)

martes, 14 de mayo de 2013

Los cómics de Firefly/Serenity

Durante la última temporada de Buffy Cazavampiros su creador y productor, Joss Whedon, inició una nueva serie de televisión. Firefly (2002-2003) estuvo protagonizada por un grupo de nueve forajidos espaciales de buen corazón que cometen delitos para sobrevivir. Se encuentra ambientada en el futuro, después de que la humanidad haya tenido que emigrar desde la Tierra en busca de nuevos recursos. En los nuevos planetas terraformados el progreso no ha llegado a todos al mismo ritmo por lo que en algunos de ellos todavía se sigue viviendo como en el antiguo Oeste americano mezclado con la cultura milenaria china. Malcolm Reynolds es el capitán de la tripulación, un cínico bienintencionado que recuerda (no por casualidad) al Han Solo de Star Wars.


Las audiencias de la serie fueron bastante bajas (los fans le echan la culpa a la cadena FOX, que desordenaba los capítulos y cambiaba con frecuencia el horario) con lo que la serie fue cancelada después de emitirse el capítulo 11 de los 14 que había rodados. La ciencia ficción nunca lo ha tenido muy fácil en la televisión. De manera excepcional, teniendo en cuenta que se trata de una serie cancelada, gracias a las peticiones de los seguidores se acabó distribuyendo los capítulos en unos DVD que fueron un éxito de ventas. Al ver que era imposible continuar con la serie en otra cadena, Whedon finalmente consiguió que Universal Pictures se animase a producir una secuela en forma de película.


Serenity (2005) se ambienta seis meses después del último capítulo de la serie. La trama se centra en la superdotada River Tam y los experimentos científicos inhumanos que lleva a cabo el gobierno de la Alianza. Con esta cinta Joss Whedon se estrenó como director de cine y lo cierto es que aprobó con muy buena nota. Sin embargo, la película no fue el éxito que se esperaba (segundo puesto de taquilla el fin de semana de su estreno) con lo que no tuvo segunda parte.

Al margen de la serie y la película existe una media docena de cómics basados en esta franquicia co-escritos por Joss Whedon que han sido recopilados en tres tomos recopilatorios por Dark Horse.


Those Left Behind (Los que se quedaron atrás, 2005)


Su argumento, que incialmente estaba planeado para una serie de animación, sirve de puente entre el último capítulo de la serie y la película, explica los cambios que se producen en algunos personajes (Inara y Book) entre las dos historias. Cuando Malcolm Reynolds y compañía llevan a cabo un delito que les han encargado ni esperan reencontrarse con un viejo enemigo ni que los Manos Azules intenten secuestrar de nuevo a River. Aunque es bastante inaccesible para quien no haya visto la serie curiosamente en su momento fue uno de los recopilatorios más vendidos de Dark Horse.


Better Days and Other Stories (Tiempos mejores y otras historias, 2008-2010)



La historia principal del tomo es la segunda miniserie de tres números basada en esta franquicia, escrita y dibujada por los mismos autores que Those Left Behind. En Better Days, gracias a que la tripulación encuentra una cantidad exorbitada de dinero, el lector puede descubrir uno a uno cuáles son los sueños que cada personaje cumpliría gastándoselo en sí mismos. El tomo se completa con otras tres historias ambientadas antes o después de la película, como The Other Half o Downtime, pero la que destaca es la que cierra el tomo, Float Out. En ella, tres antiguos amigos de Wash recuerdan sus logros como piloto de la Serenity y finalmente Zoe hace una sorprendente revelación.


Shepherd's Tale (La historia del pastor, 2010)


Dentro de la colección este cómic es bastante sorprendente. Es una historia completa de 56 páginas (no una recopilación), es inesperadamente accesible para cualquier lector... y es un buen cómic en términos generales, más allá de ser merchandising. El argumento se centra exclusivamente en el reverendo Book, el sacerdote cristiano que acompaña a la tripulación de la Serenity (que aquí aparece sólo durante cuatro páginas). No hay grandes revelaciones sobre los misterios que rodeaban al personaje sino un hombre perdido y confuso que después de una vida de errores encuentra la felicidad en la fe. El dibujo de Chris Samnee (que actualmente dibuja el Daredevil de Mark Waid) es mucho más sofisticado que los vistos en los otros tomos y la estructura no lineal del guión es algo arriesgado dentro de lo que alguien esperaría en el cómic de una licencia.

Whedon ha dicho una y otra vez que no tiene intención de publicar una serie regular basada en estos personajes. Sin embargo, el año pasado se publicó un nuevo cómic titulado Serenity para el Día del Cómic Gratis americano. Con el éxito de Whedon con Los Vengadores y del actor Nathan Fillion en la serie Castle nadie se plantea volver a hacer más capítulos o películas de esta franquicia, pero es posible que al menos sigan saliendo con cuentagotas más cómics de Firefly/Serenity con el tiempo.