lunes, 18 de enero de 2016

Arenas movedizas (Max Mönch, Alexander Lahl, Kitty Kahane)


En 1989, Berlín Este estaba a punto de estallar. La culpa la tenía el SED, un partido político ineficiente, dirigido por ancianos chapados a la antigua, que oprimía con dureza a los que no aceptaban el régimen y que manipulaba las elecciones para mantenerse en el poder. Contra él no se enfrentaba otro partido, sino la opinión popular que utilizaba la desobediencia civil, las manifestaciones y el desorden para expresar su descontento. El SED minimizaba la importancia de estas manifestaciones, mientras que un Gorbachov progresista entendía que era necesario hacer cambios profundos: "Solo le esperan peligros a quien no reaccione a la vida". Por accidente, de puro milagro, estos cambios (con la caída del muro como mayor expresión) llegaron finalmente a Berlín, gracias a la torpeza del mismo SED.

Leyendo este cómic no podía evitar recordar a Joe Sacco o a Guy Delisle, con el detalle de que aquí los guionistas estaban haciendo trampa. Excepto por los políticos y el Tank Man del primer capítulo, el resto de personajes de este cómic son ficticios, están construidos para servir a los intereses de esta narración. Ahí es donde se encuentra la mayor debilidad de estas Arenas movedizas. Podría mantenerse en pie si realmente estuviese formado por las confidencias de un periodista real que hubiese vivido los sucesos en primera persona, pero la trama de Tom Sandman no es interesante ni como historia de amor ni como culebrón familiar. Mientras que los hechos reales de este cómic son apasionantes (aunque se les saque poco partido), la subtrama de ficción es un adorno que se lee con indiferencia.

jueves, 14 de enero de 2016

Nosotros llegamos primero (Furillo)


El detonante de este cómic es un sueño de Franco que le inspira a desarrollar un proyecto espacial para llevar la rojigualda a la Luna. A partir de esta propuesta, Furillo juega con ironía y humor escatológico para describir el choque entre una ambiente tecnológico que exige seriedad y sofisticación, y una España rancia de copas de coñac y ceniceros llenos hasta arriba, de moralidad hipócrita, xenofobia y machos muy machos. Se podrían hacer paralelismos con los dos álbumes de Tintín en la Luna: la primera mitad de este cómic tiene un relato de espionaje y persecuciones, mientras que la segunda mitad es una inesperada historia de ciencia ficción. La lectura avanza con algunos trompicones, tramas que empiezan y terminan unas a continuación de otras, hasta desembocar en una secuencia final potente e inolvidable.

miércoles, 13 de enero de 2016

Asterios Polyp (David Mazzucchelli)


David Mazzucchelli es un autor clave en la historia del cómic gracias a sus trabajos con Frank Miller, (Daredevil: Born Again y Batman: Año Uno) y su adaptación al cómic de Ciudad de Cristal, de Paul Auster. Asterios Polyp tal vez no vaya a ser recordada como igual o superior a esos tres, pero no es tampoco un cómic menor. Asterios es un arquitecto de renombre que pierde su casa por culpa de un rayo el día en el que cumple 50 años. Desde ese momento intenta comenzar una nueva vida como mecánico al mismo tiempo que, intercalado, podemos ver cómo mantuvo unos años antes una relación con Hana, una escultora con talento. Él, orgulloso y pedante. Ella, tímida e insegura.

Con estos elementos se podría decir que Mazzucchelli desbarra y salta de tema en tema, de opinión en opinión, intentando articularlo todo principalmente a través de referencias a la mitología griega (el mito de Orfeo y La odisea) y la dualidad, la definición de dos estados totalmente opuestos de una misma realidad. El guión no es lo mejor de este cómic: es demasiado elevado en muchos momentos y en otros se preocupa por pequeños sucesos que no tienen importancia en el gran esquema de este cómic. Donde en ningún momento parece fallar es en su dibujo, trabajado hasta el último detalle. La rotulación de los bocadillos está personalizada para cada personaje, los diseños de cada personaje cambian hasta en el trazo o el uso del color, las onomatopeyas pueden ser tridimensionales, los diseños de página, esquemas y diagramas de flujo, el tipo de dibujo cambia para expresar sentimientos... Esta obsesión por lo formal tiene su mejor momento en el capítulo formado por imágenes aisladas que recogen momentos íntimos de la relación de pareja entre Asterios Polyp y Hana. Este cómic merece una lectura al menos por ese capítulo.

martes, 12 de enero de 2016

Raf. El 'gentleman' de Bruguera (Jordi Canyissà)


Este libro es directamente la mejor biografía que se va a escribir nunca sobre Raf. Todas las palabras son pocas para hablar del esfuerzo de Jordi Canyissà para localizar la gran mayoría de páginas de este autor, sus entrevistas y las declaraciones de sus conocidos. Con toda esta suma de elementos se ha construido un libro que repasa su trabajo desde las pequeñas editoriales antes de entrar en Bruguera hasta sus últimos días en Guai! y El Jueves. Lo que imagino que más va a sorprender a cualquier lector es la etapa en la que Raf decidió trabajar para el mercado extranjero, para Reino Unido y Chile, o en la revista TBO. Un aspecto que revaloriza aún más el trabajo de Canyissà son las innumerables páginas y viñetas restauradas de Raf que aparecen a lo largo de este tomo, especialmente las que están inéditas todavía en nuestro país.

lunes, 11 de enero de 2016

Sigo siendo un cocinicas (Xcar, Azagra y Revuelta)


Los autores de Estoy hecho un cocinicas sienten una pasión por la cocina que se salía de las páginas de aquel tomo, necesitaban más espacio para explayarse. En esta continuación pueden seguir explicando nuevas recetas que ya no están clasificadas según los ingredientes, sino en criterios de momento y necesidad: recetas económicas, rápidas, internacionales, tapas, pensadas para un gran grupo de gente y la obligatoria selección de postres. Las virtudes del primer tomo continúan aquí: recetas de supermercado de barrio contadas en historietas simpáticas y amenas. También en este recetario los autores tienen en mente la salud y el respeto al medio ambiente, por lo que también incluyen recetas vegetarianas o explican cómo se pueden transformar algunas para que lo sean.

viernes, 8 de enero de 2016

Robocop (Frank Miller, Steven Grant, Juan José Ryp)


La película Robocop (1987) dirigida por Paul Verhoeven parecía una historia salida de la cabeza de los guionistas de cómics de la época. La trama tenía una estructura simétrica y una conspiración de una empresa privada que podían recordar a Watchmen, y el renacimiento de un héroe mezclado con la paranoia nuclear eran dos de los aspectos fundamentales de El regreso del Caballero Oscuro de Frank Miller. Por eso parece lógico que los productores de Orion pensasen en este último para escribir el guión de la secuela. Sin embargo, por desacuerdos con el director, su trabajo sufrió una profunda reescritura y no llegó a la gran pantalla tal como él lo había planeado. Con esta adaptación al cómic de Steven Grant y Juan José Ryp los lectores pueden pueden hacerse una idea de lo que el público de su época se perdió.

No he visto Robocop 2 (1990), así que no puedo comparar los dos guiones. Lo que sí puedo es alegrarme de que esta historia no llegase a ser dirigida. La sátira con la que Verhoeven señalaba los defectos de la sociedad de su época es transformada aquí en una caricatura grotesca. Las tres directivas de Robocop, que en la cinta original eran un homenaje a las leyes de la robótica de Asimov, son para Miller un punto de partida para una discutible defensa de algo parecido al objetivismo de Ayn Rand y un ataque al buenismo y la sensiblería. En realidad, lo verdaderamente imperdonable es que Miller se olvida de que la película original funcionaba porque, antes que una película de acción y tiros con mensaje político y metáforas religiosas, era la historia de Alex Murphy, de cómo evolucionaba y tomaba conciencia de su nueva situación. Frank Miller resolvió el último acto de su guión con una rutinaria escena de persecución vacía y sin más contenido.

En lo que respecta a este cómic, Steven Grant cumple sin más. Después de dos números en los que se preocupa por distribuir la trama para que encaje en las páginas de cada comic-book, se desinteresa y cierra cada capítulo simplemente en el momento en el que se le terminan las páginas. Por su parte, se nota que Juan José Ryp se deja la piel en los pequeños detalles de cada viñeta, pero por desgracia tiene la contrapartida de que la lectura de su dibujo se hace más lenta y pesada.

jueves, 7 de enero de 2016

Los cuentos de Din Don (Jan y varios guionistas)


Cuando Jan, el creador de Superlópez, se trasladó desde Cuba a España tenía 30 años y una reseñable experiencia en el mundo del cómic. La Asociación Cultural Tebeosfera ha decidido centrarse en una de aquellas revistas en las que colaboró, Din Don, para publicar una antología de cuentos infantiles dibujados por Jan y con guiones suyos y de otros autores. La selección incluye tanto adaptaciones de cuentos populares, como Caperucita Roja, El rey desnudo, La Ceninicienta... como cuentos creados para la propia revista. Me imagino que la animación es un trabajo más estricto con los estilos de dibujo, por lo que Jan se tomaría estas colaboraciones como un espacio para hacer experimentos con libertad. En la mayoría de páginas Jan va madurando el estilo con el que todavía le identificamos, pero al mismo tiempo probaba con otros más ingenuos, más poligonales y con texturas, o un poco más realistas. Si en Bruguera mandaba la uniformidad en el diseño de página, Jan en Din Don pudo dar un recital de recursos muy interesantes.

miércoles, 6 de enero de 2016

El Multiverso #9 (de 9) - Justicia Encarnada (Grant Morrison, Ivan Reis)


Desde Animal Man, una buena parte de cómics de Morrison han orbitado alrededor de lo que significó Crisis en Tierras Infinitas para el universo de ficción de la editorial DC. La miniserie de El Multiverso ha acabado desvelándose finalmente como una combinación de secuela y remake al mismo tiempo de aquellas Crisis. Nix Uotan, último miembro de la raza de los Monitores, contaminado por el mal de la Nobleza, se dispone a abrir agujeros en el espacio-tiempo para permitir el paso de un villano misterioso a nuestra realidad. Los únicos que pueden salvar el multiverso de su destrucción son los superhéroes de las 52 Tierras alternativas.

Esta miniserie era realmente complicada de hacer. Morrison y los dibujantes han conseguido ser los arquitectos de un nuevo multiverso creado para dar cabida tanto a los principales Otros Mundos de DC como a nuevas Tierras alternativas imaginadas desde cero, un multiverso mucho más consistente y coherente, bien definido e incluso con huecos para poder improvisar en el futuro. Al mismo tiempo, los números #2 a #7 han presentado algunas de estas Tierras con historias muy diferentes en estilo y tono para intrigar a los lectores con las numerosas posibilidades que pueden permitir en el futuro. Con todo lo bueno que se puede encontrar en esta colección, es una lástima que la trama que une todos los números acabe siendo una ligera excusa que desemboca en un final abierto decepcionante. Estos 9 números no forman una historia, sino que son sólo la introducción de una que está por venir.

martes, 5 de enero de 2016

Popeye, tomo 2 (Bobby London)


En este tomo se recopilan los dos últimos años y medio de Bobboy London a cargo de las tiras de prensa de Popeye. En sus manos esta marca registrada se convirtió, aunque sorprenda, en un vehículo que el autor usó para abrirse al público y expresar sus inquietudes personales y opiniones políticas.

Su etapa estuvo marcada por una interesante mezcla de respeto e insolencia. El respeto se lo debía a su adorado E. C. Segar, el creador de este marino tuerto. Bobby London modernizó al personaje y lo volvió trascendente para su época, lo convirtió en un reflejo de la sociedad de esos años, sin perder en ningún momento de vista los orígenes del personaje ni subvertir las normas internas de la serie. Su insolencia era con sus superiores y encargados del marketing, que le pedían que domesticase al personaje y lo volviese inofensivo y "moderno". Querían que convirtiese al personaje en el error que aparecía en la serie de dibujos de esos años, Popeye e hijo: felizmente casado con Olivia y con un hijo precioso, Popeye había dejado de fumar y vestía camisas hawaianas junto a una gorra de beisbol. Para disfrute del lector, Bobby London trasladó con mucha ironía estos enfrentamientos a las tiras de prensa, hasta que finalmente traspasó los límites de la paciencia de sus superiores. Bobby London fue despedido sin que sus últimas tiras dibujadas apareciesen impresas en ningún periódico. Este tomo muestra, por primera vez en todos estos años, las tiras que King Features Syndicate censuró.

lunes, 4 de enero de 2016

Las siestas de Polly (Peter Newell)


Las siestas de Polly es un pequeño libro-objeto (de unos 11x11 cm) que reúne una colección de aventuras oníricas que vive la niña del título, Polly. Su autor fue Peter Newell, un ilustrador con varias obras infantiles que ha sido muy reeditado en los últimos años: El libro del cohete, El libro inclinado, El libro del agujero... Otro trabajo suyo que merece la pena destacar son sus ilustraciones de Alicia en el País de las Maravillas, que es una de las influencias de este cómic. A esto le añadimos que Little Nemo in Slumberland empezó a publicarse un año antes que esta obra y queda claro el estilo de estas páginas: cuando Polly cae dormida en una de sus breves siestas, el mundo a su alrededor se transforma de una manera inesperada, divertida y tierna.

Un detalle interesante es la edición de este tomo. Es la traducción al castellano de un cómic publicado originalmente por la editorial italiana Orecchio Acerbo (con el título I pisolini di Polly). A partir de las 52 páginas dominicales de entre 1906 y 1907, Orecchio Acerbo realizó en 2009 un libro-objeto de aspecto visual y juguetón, muy grueso y pequeño. Para ello primero realizó una selección de 17 historietas y las restauró, para después recolorearlas, sin imitar el original. Las viñetas de cada relato fueron distribuidas en las páginas impares de este tomo mientras que el texto que originalmente aparecía a pie de imagen se ha dejado (abreviado para esa edición) en las pares. El experimento es interesante primero porque Peter Newell en vida era muy juguetón con los formatos de edición (El libro inclinado está publicado en páginas con forma de romboide, y El libro del agujero tiene todas las páginas atravesadas por un pequeño agujero central), así que imagino que este tomo le habría hecho gracia. En segundo lugar, porque es un ejemplo perfecto de cómo un editor puede revalorizar un cómic olvidado al transformarlo en algo más atractivo para una nueva generación.