sábado, 24 de diciembre de 2016

Memorias de un pene selecto (Carlos Melgares)


El género de la autobiografía en el cómic incluye joyitas muy recomendables, aunque también es un género en el que los autores corren el riesgo de no hacer un ejercicio de autocrítica. Mientras que todo el mundo quiere compartir sus experiencias personales con los demás, muy pocos son los que se atreven a mostrar sus miserias, sus canalladas y sus arrepentimientos. Son muy pocos los que quieren abrirse al mundo tal y como son realmente.

Memorias de un pene selecto es una autobiografía con ningún pene (o ninguno explícito) pero mucha honestidad. En su anterior fanzine, Regreso a la adolescencia (teniendo más de 30) (2012), el amiguete Carlos Melgares hablaba sobre la ruptura de su última relación, con humor y sin mayores pretensiones. Aquí sin embargo hay más ambición. En este repaso de toda su vida habla sobre sus amistades de juventud, sus amores, los triunfos de los que no se siente orgulloso y los fracasos que reivindica. Emociona cuando los recuerdos son tristes y provoca sonoras carcajadas con las anécdotas de miserias personales. Tiene mérito que consiga involucrar de esa forma al lector porque el dibujo está hecho simplemente a partir de monigotes. Y tiene más mérito porque Melgares no quiere destacarse a sí mismo como alguien especial, por encima del resto de la sociedad o alejado de ella, sino como uno más. Su biografía es la vida del “cualquiera”, la del compañero de clase, la del vecino del piso de enfrente, la del que se sienta al lado en la sala de espera en el hospital… Este cómic es una biografía de una persona a la que el lector va a considerar un amigo cercano al terminar la última página.

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