lunes, 13 de marzo de 2017

Howard el Pato: Metamorfosis (Steve Gerber, Gene Colan y otros)


A veces no te das cuenta de lo mucho que te gusta algo hasta que lo pierdes. Es lo que me ha pasado con el Howard el pato de Steve Gerber. No me había fijado en lo diferente y especial que era el personaje y sus cómics hasta que abandona el guionista por reivindicar sus derechos como autor.

El propio Steve Gerber admitía que no planificaba las historias, sino que las improvisaba sobre la marcha. Por esta decisión en un primer momento pensaba que estos dos tomos eran una curiosidad sin más. Al cambiar el guionista, me he dado cuenta de lo neurótico que era el personaje, de sus preocupaciones políticas (no muy habituales en los cómics, creo), y especialmente ese sentido del humor que no busca la risa, sino la sátira y la subversión.

La segunda mitad del tomo, por culpa de la salida de Gerber, pierde rápidamente el interés, Mientras que Marv Wolfman volvió al personaje una caricatura facilona, Bill Mantlo lo colocó en un tebeo Marvel estándar e inofensivo. Los dos cómics finales, publicados seis años después de la cancelación de la serie, dejan también un regusto agridulce. La aventurilla de Steve Grant y Paul Smith consigue dar en el clavo aunque no se atreva a arriesgar, pero el despropósito del número siguiente es indescriptible. Incluso hay que felicitar al traductor por suavizar las bromitas homófobas de la última página. No pintan nada en un tebeo como éste, en el que precisamente Steve Gerber (en las páginas de este tomo) había atacado a Anita Bryant, la activista que se opuso a los derechos de los homosexuales de finales de los 70.

7 comentarios:

Fernando Arroyo dijo...

¿Rechazar la insinuación sexual de un gay es "homofobia"? Desde luego hay que ver hasta qué punto sacáis de quicio los progres las cosas. Y claro, si es un hombre el que hace ese tipo de insinuación fuera de lugar a una mujer, es que es un machista, ¿verdad? Vaya, que los hombres heterosexuales (heteropatriarcales, que diría el mamporrero giliprogre Albertito Garzon) en la situación de que un gay se nos insinúe sin venir a cuento le tenemos que reír la gracia so pena de que si lo mandamos a tomar por donde amargan los pepinos nos tilden de homófobo... ¡Anda ya por ahi, mamarracho!

Peúbe dijo...

Fernando Arroyo, no te conozco de nada. Por eso no entiendo por qué has decidido llamarme "mamarracho". ¿Por qué tendría que responderte ahora con respeto, cuando lo primero que has hecho es faltármelo? Si estuviésemos hablando en persona, ¿me habrías insultado igual? Mi sensación es que no querías que respondiese a tu comentario. Sólo has venido a este blog a insultar a un desconocido. No sé si esto te parece una actitud normal.

Aún así, te respondo. Sí, creo que mostrar el rechazo a una insinuación sexual de un gay como un chiste es una actitud homófoba, especialmente con el tono que tienen los gags del final de este tomo. Queda ridículo, anticuado, parece salido de una época muy anterior a la de los años en los que se dibujó este cómic. Que alguien en su vida personal rechace las ofertas que quiera, de hombres y mujeres, como tú bien sabes, no le convierte ni en machista ni en homófobo.

Unknown dijo...

Peúbe, efectivamente no nos conocemos, por lo que lo de "mamarracho" realmente lo dije más como calificativo genérico a un cierto tipo de actitud muy de nuestros días que como insulto ad hominem. Quizá hubiera sido más correcto decir que tu opinión en este caso me parece una mamarrachada.
No sé que edad tienes, pero una de dos, o eres demasiado joven como para tener la menor idea de lo que eran los años 70, o si peinas ya alguna cana y viviste aquella década con edad suficiente como para haber sido consciente de lo que te rodeaba, es que te has imbuido ya tanto de la época actual que has perdido toda perspectiva. Esto lo digo porque es del todo incierto que esos chistes que tú consideras "homófobos" (la opinión que a mí me ha parecido una mamarrachada) en aquellos tiempos eran lo más normal del mundo. Es más, en aquellos tiempos, e incluso los 80, es que había hasta chistes que sí que podrían ser considerados, no "homófobos", porque pensar que eran fruto del odio o el rechazo me parece del todo exagerado, pero sí que podían resultar ofensivos o humillantes para un homosexual. Tú no has escuchado los llamados por entonces "chistes de mariquitas", ¿verdad? Pues mejor no los escuches...
Afortunadamente, en los años 70 e incluso en los 80, aún estábamos libres de la cada vez más insufrible dictadura de la corrección política.
Ahora, te repito que tildar de "homófobo" el pasaje de Howard el Pato en el que rechaza las insinuaciones de un gay, si te ofende que lo considere una mamarrachada, lo dejaré en: ¿una estupidez? ¿Una exageración? ¿Una muestra de ignorancia de lo que fueron los años 70, en los que había muchísima más libertad que hoy porque la dictadura progre no se había impuesto política ni mediáticamente? ¿Un muestra de que hoy muchos bloggeros, opinadores, "influencers", etc, estáis obsesionados por demostrar que estáis en el "mainstream" ideológico?
En fin, disculpa por haber venido a faltarte el respeto en tu blog, no era mi intención. Pero permite al menos que siga considerando tu opinión en ese punto concreto una mamarrachada. Las demás opiniones sobre el cómic las comparto.

Peúbe dijo...

Creo que el origen de todo esto es que te tomas "homófobo" como una palabra que te ofende, como una palabra muy fuerte. Para mí, la homofobia es una actitud que puede ser extrema (como el odio y el rechazo), o muy suave (prejuicios y pequeños comportamientos). O en otras palabras, yo veo compatible ser homófobo con no odiar en absoluto a los homosexuales. Si te ofende mi forma de usar esta palabra, lo siento pero seguiré haciéndolo.

No me "ofende" que consideres mi opinión sobre ese tema una "mamarrachada". Me da absolutamente igual la palabra que quieras usar o cualquiera de mis opiniones con las que no coincidas. Me molesta la actitud de agresividad.

Y ya lo del mainstream ideológico me parece de coña. ¿De verdad te cuesta creer que haya puesto los ojos en blanco con este chiste en este cómic? ¿Con ese chiste crees que solo se puede reaccionar con una sonrisa o indiferencia? ¿Crees que he escrito una opinión diferente a la que me ha dado este tomo? A mí me parece estupendo que el chiste te guste, no creo que diga nada malo sobre ti, pero lo digo como lo pienso: es un chiste sin gracia, y es una pena que ese chiste sea el que cierre una colección tan redonda. Me repito: en unos cómics en los que se ataca a una conocida homófoba, no cuadra ese humor. Es un ejemplo más de que ningún otro guionista de Howard entendió a Steve Gerber.

Fernando Arroyo dijo...

Puedes efectivamente decir en tu blog lo que quieras, pero si lo tienes abierto a comentarios debes también admitir réplicas si dices algo fuera de tono y de lugar. Porque aunque hoy hay una bastardización del lenguaje desde ciertos ámbitos ideológicos, los significados de las palabras son los que son y no quedan al criterio ideologico de nadie. Y tildar de "homófobo" es muy fuerte digas lo que digas, porque "fobia" significa odio y antipatía intensos, o en su caso temor intenso o irracional. No hay esos matices de menor graduación que tu crees. Y claro, cuando hay personas para las que las palabras tienen el significado que tienen, pues que tildes de "homófobo" el rechazo de una insinuación sexual de un gay ofende a quienes, como es mi caso, reaccionariamos con la misma gracia con la que reacciona Howard el Pato en la magnífica historieta que denostadas por tus prejuicios ideológicos. No creo precisamente que a Val Mayerik, cocreador con Gerber del personaje y coargumentista (y dibujante) de esa historieta, le sentase muy bien que le tildes alegremente de "homófobo" o de hacer una chiste homofóbico porque tú tengas problemas de conceptos y una sensibilidad exacerbada.
Por otra parte, me sorprende los que consideráis al personaje de Howard el Pato como una suerte de progre, cuando es un "cuñado" de manual, un genuino «neocon». De progre no tiene nada, salvo tal vez el carácter gruñon.
En serio, muchos estáis muy confundidos al pensar que el personaje es una especie de "alter ego" de Gerber, y no es así. Que lo ultilizara para hacer crítica social y política de su tiempo, no significa ni que Howard expresara en todo lo que dice la opinión de Gerber, ni que Gerber fuera un progre. Es más, es evidente que era un conservador en muchos aspectos, como en otros no. Es lo que tienen las personalidades complejas no sectarias, que no son blancas o negras sino llenas de matices y en ocasiones contradicciones, pero en ningún caso son cerriles. Y la defensa de los derechos de los homosexuales no es por ejemplo incompatible con la crítica al lobby LGTBI, como tampoco la primera es patrimonio de la izquierda ni la segunda debería ser solo cosa de la derecha.

Peúbe dijo...

Por si te sirve, no tiene ningún sentido creer que el significado de una palabra es su significado literal. Una hamburguesa no tiene que venir de Hamburgo, ni el salario que cobramos nos lo dan con sal. Decir "los significados de las palabras son los que son" para mí es no entender qué son y cómo funcionan los lenguajes.

En segundo lugar, vuelvo a insistir en que el chiste es lo que me parece homófobo. No entiendo que tengas la piel tan fina con esta frase. No he dicho que este mismo rechazo en otro contexto de ficción o realidad me lo parezca. No me refiero a ninguna frase concreta de este cómic, ni tampoco he dicho que ese cómic me parezca malo por esa frase. Creo que estás completando los huecos con ideas de tu propia creación.

Y por último, yo no he descrito en ningún momento a Howard ideológicamente. Es un ejemplo más de la obsesión que te estoy viendo en adjudicarme ideas. ¿Te resulta más cómodo caricaturizarme para hablar conmigo? ¿Tú ves que yo te esté prejuzgando por los comentarios que me escribes? No sé si me equivoco, pero tengo la sensación de que no te interesa mi forma de pensar, que te cierras a mis ideas.

Sí que pienso que Gerber fue, dentro de su contexto, lo que se podría considerar un autor progresista, un autor contracultural. Ecologista, pacifista (llegó al extremo de criticar la violencia dentro de los cómics), antimilitarista, rebelde, antiautoritario... Y todo esto te lo digo sin poder tener el tomo en mi mano para releerlo. En esa Marvel de los 70, dividida entre los autores contraculturales y los formales, Gerber fue de los primeros.

Por último: ¿Crees que tiene algún sentido mencionar el "lobby LGTBI" cuando yo me he referido exclusivamente a Anita Bryant? ¿Has leído sobre esta mujer?

Fernando Arroyo dijo...

Claro, si confundes el significado de las palabras con su etimología, es normal que pienses que puedes dar al significado de las palabras matices personales que no tienen. Efectivamente las hamburguesas no son todas de Hamburgo, pero la palabra proviene precisamente de la ciudad alemana de Hamburgo, que era el puerto más grande de Europa en el siglo XIV, cuando la receta de picar la carne de baja calidad para hacerla más comestible llega hasta allí a través de los tártaros rusos y, tiempo después, los emigrantes alemanes de finales del siglo XIX introducen en los Estados Unidos el plato llamado "filete estadounidense al estilo Hamburgo". De ahí a "hamburger" (hamburguesa) que los yanquis, en su manía de acortar nombres, terminan dejando en "burger". Y la palabra salario pues lo mismo, su etimología data del siglo XV, cuando se pagaba a los soldados una suma para que compraran sal, paga que se denominó por ello salarium y de ahí la actual salario.
Si confundes significado con etimología, no es de extrañar que no te parezca del todo improcedente que tildes un chiste inocente con un calificativo como "homófobo", que atendiendo a su significado sirve para calificar un determinado tipo de de delito de odio (art. 510 del Código Penal). Pero claro, a los que tan alegremente vais colocando etiquetas a la Peña, os da igual lo que una palabra signifique y sobre todo implique.
En cuanto a Gerber, de veras que no sé de dónde sacas la información sobre él, porque si nos basamos en sus propias declaraciones, era un tipo que odiaba por ejemplo al movimiento hippie (al que parodia mucho en sus cómics), porque según sus palabras él siempre fue demasiado académico y la filosofía hippie le parecía superficial e incluso decía que había mucha violencia asociada a esa cultura (no hay que olvidar que de ella y su alucinogerismo surgen matanzas como la de la "Familia Manson"). O sea, que si odiaba al movimiento antimilitarista, antiautoritario y "pacifista" por definición, no parece de rigor decir que Gerber era todo eso cuando él mismo se definía como "académico", es decir, inveterado, es decir, conservador. Gerber lo que tenía es que no soportaba los dislates, y en su sátira arremetía contra toda la que veía, viniera del conservadurismo o del progresismo. Ahí tienes a su personaje Foolkiller (el Exterminador de Tontos) como ejemplo paradigmático de que atizaba a diestro y siniestro.
O sea, lo del Gerber progre olvídate porque nada más lejos de la realidad.